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viernes, marzo 29, 2024

Los Diamantes: el sector que no brilla como la piedra por el olvido de sus autoridades

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Dicho sector de La Esperanza se creó hace más de 10 años y todavía no cuentan con servicios básicos. Una realidad que debería preocupar a las autoridades.

Viven en el olvido. Cientos de personas del asentamiento humano Los Diamantes, en La Esperanza, claman por servicios básicos y no son escuchados. Con las pocas monedas que guardan en sus bolsillos deben comprar hasta cuatro baldes de agua potable, no siempre limpia, para usarla en la cocina y en el aseo personal, y les debe durar una semana. A ellos les cuesta S/ 1 y no siempre alcanza. Además, con cables pelados tienen que conectarse a una vivienda para tener energía eléctrica.

De acuerdo a la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho), el 64% de liberteños informó que consume agua potable de la red pública o de un pilón público. Estas cifras se encuentran por debajo del porcentaje nacional que estima que el 68% de peruanos acceden a este servicio. En el caso de Los Diamantes, la población consume este recurso a través de un tanque (considerado como pilón) el cual las familias deben pagar S/ 1 por cuatro baldes. Cuesta S/ 150 llenar este reservorio.

Noticias Trujillo acudió al lugar para conversar con los vecinos y encontramos una realidad preocupante. Cruz María Ruiz Daga, de 61 años, tiene sus baldes apilados en la entrada de su vivienda esperando que una cisterna circule para entregar el recurso hídrico. «Compramos agua cada ciertos días porque no nos alcanza. La [Municipalidad] distrital a veces nos trae en una cisterna, pero de ahí debemos comprarla», dijo. Un tanque ubicado en una calle sin nombre se llena con agua potable de manera particular y, quienes tengan el dinero, llenan sus bidones. Enaho revela que 13 149 liberteños consumen agua limpia a través de un pilón.

La zona tampoco cuenta con una red de alcantarillado. Cada familia ha tenido que construir su silo dentro de su vivienda, el mismo que tiene una profundidad de unos 2 metros. Enaho revela que 90 768 liberteños tienen un pozo séptico en sus viviendas. En cambio, en algunas calles se observa la caída de aguas sucias muy cerca a la puerta de las casas. Estas familias optaron por crear un sistema de desagüe; sin embargo, al no tener una matriz que debe ser instalada por la municipalidad distrital o Sedalib, la tubería arroja las aguas servidas a la pista. Se precisa que las calles no son asfaltadas y muchas veces los niños juegan al fútbol respirando el polvo que contiene partículas de desagüe.

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