La deforestación en Perú es un grave problema impulsado por actividades como la tala ilegal, la expansión agrícola, la minería, el desarrollo de infraestructura y los incendios forestales.
Esta pérdida de bosques amenaza no solo la biodiversidad, sino también la seguridad hídrica, la resiliencia ante el cambio climático y la identidad cultural de las comunidades locales. La falta de aplicación efectiva de las leyes ambientales y una gestión deficiente de los recursos forestales empeora la situación.
La reforestación se vuelve crucial para contrarrestar este problema. Según datos de Global Forest Watch, entre 2002 y 2023, el país experimentó una pérdida significativa de 2.62 millones de hectáreas de bosque primario húmedo. Ello representa aproximadamente el 66% de la pérdida total de cobertura arbórea durante ese período.
La lucha por revertir este daño ambiental es urgente y vital. En este día, te presentamos a la Asociación de Ecosistemas Andinos (Ecoan), una organización que demuestra que hay caminos por seguir para abordar este desafío.
Ecoan: La Asociación de Ecosistemas Andinos
Hace 24 años, un grupo de biólogos comprometidos con la conservación de la biodiversidad y los ecosistemas fundaron Ecoan. Esta organización surgió con el propósito inicial de preservar especies amenazadas en los bosques de Queuña, en Cusco, en colaboración con sus comunidades. Tras años de éxito, lograron expandir su trabajo a las regiones de Amazonas, San Martín, Junín, Pasco, Huaraz, Lima y Cajamarca.
Desde entonces, Ecoan trabaja en estrecha colaboración con las comunidades locales para proteger hábitats, promover el uso sostenible de los recursos naturales y restaurar áreas degradadas. Su labor ha dado varios frutos, pero también implica diversos desafíos. Conversamos con Adrian Torres, director de Desarrollo y Conservación de Ecoan, quien nos contó más sobre esta iniciativa.
Reforestación: Enfoque comunitario, desafíos y avances
Torres destaca la importancia de establecer una conexión significativa con las comunidades. Esto implica comprender sus preocupaciones y necesidades para alinear los objetivos de conservación con sus intereses. «No todas las comunidades funcionan de la misma manera. Es esencial entender estas diferencias y adaptar la estrategia para que los proyectos satisfagan las necesidades de las comunidades y contribuyan a la conservación», afirma Torres.
En este camino, algunos de los desafíos comunes que enfrentan tienen que ver con la desconfianza hacia las organizaciones externas y la influencia de actividades ilegales. “Impulsamos la reforestación en sinergia con las comunidades. Pero a veces enfrentamos la presencia de actividades ilegales, como la tala, la minería y el tráfico de especies, que corrompen a algunas personas dentro de las propias comunidades”, destaca. A pesar de ello, Ecoan tiene grandes avances.
En Cusco, por ejemplo, ante el trabajo de la organización, la comunidad promovió la celebración anual del Queuña Raymi. Esta festividad se dedica a la plantación de árboles de polylepis en las montañas de Vilcanota. “La celebración, originada por ellos mismos, demuestra su compromiso. Estoy convencido de que el día que nosotros no estemos, por algún motivo, las comunidades van a seguir el proyecto porque ya es parte de su identidad”, señala Torres.
Otro caso es el de San Martín, donde Ecoan contribuyó no solo a la recuperación de los bosques, sino también a la restauración del sistema de gobernanza, cultura y tradiciones de los pueblos indígenas. «Muchos de los proyectos involucran plantas que para ellos tienen un valor medicinal o espiritual, lo que les ayuda a luchar contra la pérdida de su identidad cultural, especialmente entre las generaciones más jóvenes», explica.
Búsqueda de sostenibilidad y el proyecto Acción Andina
El 2024 es un año que trae desafíos financieros para Ecoan. No obstante, continúa con su labor de reforestación y busca expandirse a nuevas áreas de conservación. Torres subraya la importancia de continuar escalando los proyectos y expandirlos a territorios donde exista una necesidad de conservación.
Ello al mismo tiempo que se busca un financiamiento sostenible que permita a las comunidades vivir de la conservación. Un desafío pendiente. En 2018, en asociación con Global Forest Generation, Ecoan estableció la iniciativa Acción Andina. Esta iniciativa que marca su expansión hacia una escala internacional reúne a socios en Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina y Chile, con el objetivo de fomentar alianzas a largo plazo para la restauración de los ecosistemas andinos.
Este proyecto fue reconocido a nivel mundial por su contribución a la restauración ambiental. En 2024, fue designado como una Iniciativa Emblemática de Restauración Mundial por las Naciones Unidas y recibió el Premio Earthshot en 2023. La labor de Ecoan y Acción Andina es un recordatorio de que la reforestación y la restauración de ecosistemas no solo son cruciales para la preservación de la biodiversidad, sino también para garantizar un futuro sostenible para todos.
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