16 de julio. Luego de varias semanas de reuniones y coordinaciones, la Coordinadora Cultural de Trujillo (CCT) se echó a andar. Diversos actores artísticos y culturales se han reunido con el fin de trabajar en conjunto ante las nuevas circunstancias. Tal como se informó, este es un espacio de articulación entre diferentes representantes de las manifestaciones artístico-culturales de nuestra ciudad y, con el tiempo, la Región para lograr incidencia política y facilitar la comunicación con la colectividad a nivel provincial. Sus objetivos son impulsar la agremiación y registro de los diferentes artistas y profesionales afines a los exponentes de las manifestaciones artístico-culturales que se dan en la ciudad; promover el fortalecimiento de las capacidades de los artistas y gestores para presentar propuestas ante autoridades y entidades competentes; y establecer espacios de diálogo con autoridades y especialistas en políticas culturales para reflexionar y proponer acciones en el contexto de la actual emergencia sanitaria. Los artistas se han distribuido en 7 sectores y cada uno de ellos tienen delegados elegidos entre los integrantes de cada sector. Danza; teatro y circo; música; literatura y edición literaria; cinematografía y autoría audiovisual; artes plásticas y visuales; y, por último, gestión cultural. Rosa Benites, reconocida artista visual y gestora cultural, es la Coordinara General; tiene vasta experiencia por haber ocupado la Gerencia de Cultura, Educación, Deportes, Juventud y Biblioteca de la MPT. El trabajo hecho por los diversos actores de esta Coordinadora ha sido exhaustivo en la recopilación de información referente a la situación de los artistas y profesionales afines a la cultura, realidad en la que este rubro ha sufrido postergación y desatención. Por eso, las metas de la CCT son incidir en el diálogo con autoridades locales y regionales para involucrarse en las acciones como respuesta a la emergencia sanitaria, específicamente para el sector cultural; continuar con el fortalecimiento de los gremios artísticos y continuar con el levantamiento de más información con el fin de conocer la situación del artista.
No olvidemos que, en este contexto, muchos sectores que están exigiendo el inicio de actividades productivas postergan las actividades artísticos-culturales por no identificarlas como prioritarias o necesarias. Esa visión es la que justifica atropellos que ahora estamos viendo contra el patrimonio natural de nuestra nación. Comenzó con la deforestación ilegal, pero ahora hay voces que exigen que nuestro Estado no continúe con el Acuerdo de Escazú (2018) por verlo como un impedimento; y hasta promueven la amenaza que significa el envío de minerales a través del puerto de Paracas, amenazando la reserva y el patrimonio nacional. Tan reprochable y censurable es esta acción que hasta la revista de negocios Fortune ha cuestionado esta acción que debe de llamar poderosamente la atención a todos los peruanos y elevar nuestras justas propuestas para evitar que tal acción proceda.
Educación y cultura, patrimonio y sociedad son palabras que encierran entidades que entorpecen el lucro de algunas personas que pueden actuar sin escrúpulos. En momentos de pandemia, pueden ser más lesivos.
GERARDO CAILLOMA
